Principios de la Creatividad

El objetivo de este estudio es buscar los resortes por razón de los cuales ponemos en funcionamiento los mecanismos mentales mediante los cuales producimos ideas a través de distintos procesos cerebrales, pretendiendo racionalizar el camino por donde surgen estos conceptos y lo manifestamos a través de la creatividad aplicada (el diseño), partiendo de la base de que la idea no es un hecho casual, sino de que es un acto causal que se presenta después de un proceso de investigación cerebral, sobre este precepto podemos ordenar todo este proceso creando una metodología que nos permita fijar un principio a la hora de formular conceptos para transformarlos en objetos.

El acto de crear parece una característica esencial del ser humano; porque si algunos animales pueden, por ejemplo construir un nido, una madriguera o, como los castores, una habitación de verdad, cada uno por separado solo puede hacer una cosa, y esta basado en el instinto. En cambio el acto creador es mucho más complejo, porque esta basado en la asociación de ideas y aunque también lleva consigo una parte de instinto, esta íntimamente ligado a la inteligencia teórica global. Con todo, este acto de crear es siempre un misterio; debe ser copartícipe del conjunto de actividades del ser humano, estando vinculado directamente a aquello que hay en éste de más profundo, en un aspecto mínimamente cognoscible.

Necesidad = Búsqueda = Encuentro

El punto de partida para una aproximación al pensamiento creativo es el principio de la unidad psíquica de la humanidad, la mente tiene unos mecanismos de producción de ideas que permanecen inalterables en el tiempo pasando de generación en generación, los estudios actuales de psicología han puesto al descubierto los mecanismos por los cuales se rige la mente durante el proceso creador, sintetizando el proceso seguido desde que aparece la necesidad (individual o colectiva) como causa activadora de los procesos creativos hasta la consecución de la idea como punto final de la fase conceptual. Desde este planteamiento se puede deducir que determinados procesos mentales deben de tener ciertas analogías tanto en los artistas de las culturas primitivas como en los contemporáneos, el contenido es el mismo (el individuo y los procesos creativos) lo que ha cambiado es el continente (la sociedad y su forma de vida); por lo tanto es factible considerar que determinadas manifestaciones del pensamiento humano son atemporales.

La percepción de la forma en las culturas primitivas posiblemente estuviera en una estadio superior al que hoy día tenemos, esta hipótesis esta basada principalmente en que hoy en día se reciben excesivos estímulos visuales, adormeciendo el espíritu critico y de búsqueda que debe prevalecer en toda mente creativa, donde esta debe de tener un carácter abierto; nuestros antepasados al no sufrir esta masiva proliferación de imágenes perturbadoras del espíritu critico formal gozaron de una situación donde la educación de la percepción fomentó el interés y la atención hacia las cosas que les rodeaban potenciando el espíritu critico fundamental para el desarrollo de la creatividad aplicada; a través de la percepción de la forma podemos empezar a " ver" un objeto cuando este aun no existe.